La sociedad se transforma a un ritmo vertiginoso, tanto que a veces tenemos la sensación de que somos incapaces de adaptarnos a un mundo tan cambiante como el de ahora, en el que las nuevas tecnologías se nos aparecen, como un monstruo capaz de fagocitarnos si no avanzamos al ritmo que nos marca su enorme desarrollo y evolución.
Y frente a ello no nos encontramos ajenos los profesionales del derecho, abogados como quien te escribe, que hemos pasado en el escaso período de tiempo de 20 años, de trabajar con una justicia en la que el papel escrito primaba sobre la oralidad, a tratar con la Administración de Justicia, en la mayoría de los trámites, a través de un aplicación informática.
Y ¿qué decir de la más que cambiante legislación y jurisprudencia, del bombardeo casi diario de normas nuevas y sentencias que nos exigen un estudio continuo sobre la actualidad del derecho? El conocimiento es una de las mayores fuentes de éxito en esta profesión y no podemos avanzar ajenos a que sin estudio y preparación, no cosecharemos los triunfos que esperamos para nuestros clientes.
Todo ello conlleva un gran esfuerzo que se multiplica para los despachos de abogados, que como el nuestro, apuestan por las personas y por el trato afable y cercano. A los que hemos convertido la empatía en un instrumento más al servicio de nuestra clientela. Y a los que nuestra vocación de servicio nos impide optar por la solución más costosa de un problema, cuando la mediación o el arreglo extrajudicial sería un firme candidato al fin de un conflicto.
Esta sociedad demanda abogados del futuro dispuestos a no apearse de todo lo que la ciencia y la tecnología nos ofrece, abogados vivos, despiertos, atentos a todo lo que ocurre, pero por ello más que nunca, abogados que cuidan a las personas, para que nuestros éxitos sean sus mayores logros. Esos abogados somos nosotros. Somos Santa Cruz Abogados.